Los cristianos estamos inmersos en una gran lucha
espiritual contra los enemigos de Dios y de la pureza del cristiano. Esta
peligrosa batalla no podemos ganarla si no hacemos uso de las armas que el Señor
nos ha provisto para tal fin. En 2
Corintios 10:4 leemos: “las armas de
nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de
fortalezas…”. También en Romanos
13:12 nos dice: “La noche está
avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y
vistámonos las armas de luz”.
Esta verdad nos lleva a afirmar que: cada cristiano está llamado a usar las
armas espirituales para mantener la pureza de vida. ¿Cuáles son Las armas para mantener la pureza
de vida? En el pasaje de Efesios 6:10-20
el apóstol Pablo presente lo que él llama la
armadura de Dios, en el cual hace una comparación entre las diferentes
partes de la armadura de un soldado romano de su época y aquellas armas
espirituales que debemos usar los cristianos para triunfar con una vida de
pureza. Veamos estas armas:
La
primera arma: una vida íntegra
“Ceñidos
vuestros lomos con la verdad”
Las vestiduras en la antigüedad quedaban
sueltas alrededor del cuerpo. Por tal razón, cuando un soldado iba a comenzar a
ponerse toda su armadura tenía que ajustar la misma por medio de un cinturón,
para tener la libertad de movimiento que necesitaba, de otra manera la ropa iba
moviéndose como un péndulo de un lugar a otro y esto era un obstáculo en la
batalla.
Con
esta comparación el apóstol Pablo nos está diciendo que debemos ajustar
nuestras vidas con y a la verdad. Porque no es posible que la verdad de Dios (sus
enseñanzas y principios) esté en nuestra mente, pero nuestras acciones vayan en
otra dirección. Esto sería llevar una doble vida faltando a la sinceridad y
honestidad que debe caracterizar a un hijo de Dios.
“Vestidos con la coraza de justicia”
Era una pieza que cubría
la zona del pecho y el abdomen. Pablo está haciendo referencia a vivir y
mostrar una vida de rectitud moral y espiritual. Sin dudas, una vida íntegra es
un arma de defensa poderosa contra los ataques del enemigo a la pureza. La
palabra íntegro significa “de una sola pieza” (ser completo, transparente, de
una sola palabra), lo cual es contrario a la doble moral común de nuestro
contexto.
La
segunda arma: una vida de servicio
“Calzado
los pies con el apresto del evangelio de la paz”
Los soldados
usaban unas sandalias que estaban preparadas para pisar en terrenos difíciles y
mantener el equilibrio. Ponerse las sandalias con el “apresto del evangelio de la paz”, sugiere la disposición que
debemos manifestar a salir con las buenas nuevas invadiendo el terreno del
enemigo con este mensaje.
Esto
se considera un arma, pues aunque es cierto que una vida de servicio a Dios y
al prójimo (especialmente llevando el evangelio), no nos garantiza
automáticamente el triunfo en esta guerra espiritual, también es una realidad
el refrán que dice: “una mente ociosa es el mejor taller del diablo”.
La
tercera arma: Una vida de fe
“Sobre
todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego
del maligno”
En el original griego dice “Por encima de
todo ponte el escudo de la fe”. Un escudo que cubra todas las partes de la
armadura y el cuerpo del soldado. Porque no se está refiriendo a un escudo
pequeño y redondo que ellos usaban para pelear, si no a uno grande rectangular,
que llevaban los guerreros fuertemente armados, que medía aproximadamente 1
metro y 20 centímetro de largo y 75 cm de ancho. Eran construidos con 2 capas
de madera pegadas entre sí y preparados de tal manera que cuando le lanzaban
flechas incendiarias, estas se hundían en la madera y se apagaban
automáticamente.
Ahora
bien, este escudo es comparado a la fe que debemos tener en nuestro Dios, en
medio de todas las tentaciones del diablo para hacernos caer y perder la
pureza. Satanás intentará debilitarnos con dardos de fuego para hacernos dudar
del amor, la gracia y la misericordia de Dios sobre nuestras vidas (pondrá
pensamientos tales como que “ya Dios no me ama” “no responde a mis oraciones”
“se ha olvidado de mí”, etc.). También intentará hacernos dudar del poder y la presencia
del Señor con nosotros a pesar de todas las dificultades. Todos estos son
dardos de fuego para que dudes, te debilites y quedes expuesto a sus ataques,
para que cedas con facilidad a sus trampas. Mantener firme la fe en Dios y su
Palabra es un arma poderosa para continuar disfrutando de una vida de
pureza.
La
cuarta arma: Una vida de esperanza eterna
“El
yelmo de la Salvación”
El yelmo era el casco de hierro y bronce que los
soldados tenían que usar para proteger sus cabezas. Esta sin duda era la parte
más vulnerable del cuerpo y una herida en ella podía ser mortal. De la misma
manera nuestra cabeza es una de las partes más vulnerables de nuestro ser,
porque en ella se libran las grandes batallas de la mente. Cuando la mente es
dominada por los pensamientos pecaminosos, ocurren dos cosas: (1) Como Cristo
definió, darle lugar a los malos pensamientos es pecado en sí mismo. (2) Somos
condicionados a actuar más tarde o más temprano de acuerdo a esos pensamientos
impuros. Si queremos mantenernos en pureza de vida tenemos que proteger de
manera especial nuestra mente, y para ello el arma es el “casco de la
salvación” (1Ts.5:8). En otras
palabras, vivir todo el tiempo teniendo en mente la esperanza de la vida
eterna, vivir con un sentido de eternidad permanente. Grandes hombres de Dios,
como el apóstol Pablo, hablaban y vivían esta verdad (2Co.4:16 al 5:2; 1P.1:3-5; Fil.1:21).
La
quinta arma: una vida de obediencia a la Palabra de Dios
“Tomad
la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios”
Esta es la
única arma dentro de esta armadura, que es a la vez para defenderse y para atacar.
El ejemplo clásico del uso de la Palabra como un arma para defenderse y a la
vez contraatacar al enemigo espiritual, fueron las respuestas de Cristo a Satanás
cuando vino a tentarle en el desierto. Tres veces Cristo respondió a Satanás “escrito está”, y el diablo tuvo que irse
derrotado. Alguien dijo: “Nunca podremos ganar la batalla espiritual sin el libro
de Dios”.
La sexta arma: una vida de oración
“Orando
en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con
toda perseverancia y súplica por todos los santos”
La oración en
este pasaje no es comparada con ninguna parte de la armadura del soldado, pero
esto no significa que no sea vital e imprescindible para ganar la batalla
espiritual y mantenernos con una vida de pureza. Algunos comentaristas bíblicos
comparan la oración en este pasaje con la atmósfera en que se mueve el soldado,
es como el oxígeno, si faltara caeríamos derrotados.
Aquí
se destacan lo que llamamos “los 4 todos de la oración en Efesios 6:18”: “Orando en todo tiempo”, “orando con toda oración y súplica en
el Espíritu”, “orando con toda perseverancia”, “orando por todos los santos (los cristianos)”.
Algo curioso es que para la espalda del
soldado no hay absolutamente nada, solamente para el frente, lo cual indica que
en esta guerra espiritual dar la espalda o virarse atrás no es una opción, pues
quien se rinda y trate de volver al lugar de donde Dios le sacó queda expuesto
a caer en manos del enemigo.
En resumen, para mantener la pureza de vida cada cristiano está llamado a usar las
armas espirituales.