jueves, 5 de noviembre de 2020

Sacrificios espirituales

 


 

 1 Pedro 2:4-5

                                                                                                           

Pedro escribiendo a sus hermanos del pueblo de Israel, como buen judío, inserta a modo de ilustración la idea del sistema de leyes mosaicas que tenían el sacrificio de animales como una práctica medular. Dicho sacrificio se realizaba en busca del perdón de los pecados delante de Dios, pues el derramamiento de sangre animal representaba el sacrificio que Cristo, el Cordero de Dios, haría años después por toda la humanidad.  

 

El sacerdote tenía que llegar al altar del sacrificio santificado, puro y seguro de haber sido perdonado por Dios. El apóstol Pedro nos recuerda que ahora todos los cristianos somos sacerdotes delante del Señor, pero no para ofrecer sacrificio de animales muertos que cumplieron una función para el pueblo de Israel, y para una época determinada, como símbolo del sacrificio de Cristo para el perdón de nuestros pecados. Es decir, que nuestros sacrificios ya no son sangrientos, sino espirituales. Por tal razón, afirmamos la siguiente verdad: Los cristianos deben ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo. Ahora bien, ¿Cómo deben ser los sacrificios del cristiano? En 1 Pedro 2:5 se nos presentan tres características de estos sacrificios:


 

1.     Los sacrificios del cristiano deben ser por medio de Jesucristo

 

Esto implica que no pueden ser por medio de hombres, ni para hombres. O sea, que no podemos poner al ser humano en el lugar que solamente corresponde a Jesucristo. Algunos lamentablemente siguen ciegamente a líderes humanos como si fuera infalibles. La realidad es que bajo ningún concepto debemos sustituir el lugar que le corresponde a nuestro Señor en nuestras vidas, por muy hermoso que sean los ideales humanos.

A lo largo de la historia muchos han dado sus vidas por causas puramente humanas que no permanecen, pasan, no son firmes ni dignas de confianza. A pesar de esto, dar la vida por una buena causa humana pudiera tener algún valor, pero aun así es algo temporal y efímero, por lo cual no es un sacrificio que perdura ni que agrada a Dios.

Contrario a lo anterior, los sacrificios del cristiano deben ser siempre por medio de Jesucristo. Es decir, si Cristo no hubiese realizado el sacrificio supremo en la cruz del Calvario, nosotros hoy no pudiéramos ofrecer nada a Dios. Es importante recordar que en la antigüedad nadie podía llegar directamente a Dios, sino era a través del sacerdote y de todo el ceremonial sacrificial. Sin embargo, porque Cristo dio su vida para pagar nuestros pecados, pagando el más alto precio jamás pagado, hoy tenemos libre acceso a Dios.

Sin duda, hoy podemos sacrificar nuestras vidas a Dios porque Cristo primero sacrificó su vida por nosotros. Esto es lo que quiere decir “por medio de Jesucristo”. Cristo es la razón de ser de nuestro sacrificio a Dios. Esta más que claro en la Biblia que nadie puede llegar al Padre Celestial por su propia cuenta, sino a través de Jesucristo (Jn.14:6).

 


2.     Los sacrificios del cristiano deben ser aceptables a Dios

Esto implica que tiene que ser “a la manera de Dios”. Para que sean aceptables, y agradables, al Padre Celestial debemos sacrificar nuestras vidas a la manera que Él aprueba y establece en la Biblia, no siguiendo los antojos y caprichos humanos.

Es común escuchar la frase equivocada “yo creo en Dios a mi manera”, lo cual no es más que una rebeldía disfrazada y una ignorancia manifiesta. La realidad es que “a la manera de Dios”, además de ser por medio de Jesucristo, tiene que ser conforme a todo lo que enseña la Escritura. Debe quedar claro que el Señor no acepta sacrificios que vayan en contra de la establecido en su Santa Palabra.

Si los sacrificios en la vida del cristiano no van en conformidad con la Palabra de Dios, estos son vanos, carecen de valor y no agradan al Señor. Lamentablemente, hay miles de personas en el mundo haciendo promesas por medio del uso de objetos y/o prácticas paganas para buscar el favor de Dios (vestirse de saco, caminar largas distancias de rodilla, encender velas, pagando grandes sumas de dinero, etc.). Otros tratan de “chantajear” a Dios, intentando hacer el trato de mi me das, entonces cumplo mi palabra. O sea, si Dios les cumple sus deseos o peticiones, entonces harán esto o aquello como sacrificio para Él. Hacer estas cosas es decirle a Dios que el sacrificio de Cristo en la cruz no es suficiente, que necesitan algo más, lo cual indudablemente no agrada ni es aceptable a Dios.

 


3.     Los sacrificios del cristiano deben ser espirituales

¿Cuáles sacrificios espirituales en la vida de un cristiano menciona la Biblia?


a.      Sacrificios de alabanza (He.13:15)

Una alabanza que nace de un corazón redimido y lleno del fruto del Espíritu Santo. Una alabanza que es el fruto de labios que confiesan Su nombre. Una alabanza que expresa la más profunda gratitud al Señor por su salvación eterna y su cuidado diario.


b.      Sacrificios de hacer el bien (He.13:16)

Aunque la salvación es por fe y no por obra, todo verdadero cristiano debe hacer este sacrifico de hacer el bien a los demás. Hacer el bien no tiene la finalidad de obtener la salvación, pero si es fruto de esta. La Biblia es clara cuando dice: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; pues a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gá.6:9). También el apóstol Pablo escribió: “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Ro.12:21).


c.       Sacrificios de la ayuda mutua (He.13:16)

 La exhortación bíblica dice: “servíos por amor los unos a los otros” (Gá.5:13). Es triste ver que muchos quieren ser servidos, pero no tienen intenciones de servir a los demás. Todos quieren ser ayudados, pero pocos desean de todo corazón ayudar a los demás. Nunca debemos olvidar que este sacrificio se llama “ayuda mutua”. Aunque es importante aclarar que no se trata de una especie de negociación donde yo te ayudo motivado por la ayuda que después voy a recibir de ti. Cuando estemos sirviendo a los demás debemos hacerlo de todo corazón, desinteresadamente y sin esperar nada a cambio (Ro.15:16). (ver más sobre el tema del servicio en el siguiente enlace Imitando a Cristo en el servicio)


d.      La entrega del cuerpo como un sacrificio vivo (Ro.12:1)

Aunque se trata del cuerpo físico, el sacrificio también es espiritual. O sea, la exhortación es a entregar nuestro cuerpo a Dios en santidad. Se trata de usar nuestro cuerpo para servir al Señor y no al pecado.

 

En resumen, los cristianos deben ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.