A causa del pecado reiterado y la falta de arrepentimiento el pueblo de Israel fue llevado cautivo a Babilonia por 70 años. Allí tuvieron que sufrir hasta lo sumo, no solamente por lo que allí atravesaron, sino también al saber que los muros de su amada Jerusalén fueron derribados (los cuales eran símbolo de la fuerza y el poder de esta nación), el templo destruido y profanado por las tropas invasoras (el cual era el símbolo de su vida religiosa), los instrumentos musicales para alabar a Dios dejaron de usarse en aquellas lejanas tierras (los cuales eran símbolo de su alegría e idiosincrasia).
La vida espiritual de la gran mayoría de los judíos de entonces se fue apagando. Aparentemente todo estaba perdido para aquel pueblo, menos algo sumamente importante: Dios, quién siempre está en el mismo lugar, con un amor eterno hacia sus hijos. A pesar de que fallamos y somos infieles, Él permanece fiel, y aunque nos disciplina también nos restaura, nos levanta, nos fortalece y nos permite seguir adelante.
Por esa razón, cuando el pueblo sufría desesperadamente, Dios levantó a un hombre llamado Esdras que se puso en la brecha, para ser uno de los grandes líderes que guió a esta nación a regresar y reconstruir todo lo que estaba destruido. Esdras comprendió que más importante que levantar los edificios caídos era levantar la vida espiritual y moral de cada hijo de Dios. Esta convicción le llevó a guiar al pueblo a un avivamiento espiritual.
De la misma
manera todos los hijos de Dios
necesitan un avivamiento espiritual. Esta declaración nos lleva
a preguntarnos, ¿Cómo puede los hijos de
Dios caminar hacia un avivamiento espiritual? La historia de Esdras y el pueblo
de Israel nos muestran que para alcanzar un avivamiento espiritual se necesitan
dos grandes acciones:
Preparar el corazón por medio de la Palabra de Dios (Esdras 7:10)
En este versículo Esdras describe por medio de cuatro verbos las implicaciones de preparar el corazón por medio de la Palabra de Dios:
“Preparar”
Esta palabra nos habla de un esfuerzo que él hizo consciente y voluntariamente, o sea, de un propósito que se trazó. Costara lo que costara iba a dedicar tiempo a la Palabra de Dios para estar con sus ojos espirituales bien abiertos a lo que el Señor quería mostrarle. Su corazón estaría totalmente puesto en su mensaje. Esto nos lleva a preguntarnos ¿Están nuestros corazones puesto totalmente en la Palabra de Dios para asimilar lo que Él quiere mostrarnos? o ¿Están nuestros corazones envueltos en los afanes y en las cosas materiales? Debemos recordar que un avivamiento comienza en lo más profundo de nuestro ser y para esto es necesario preparar nuestros corazones.
“Inquirir”
Significa “Indagar, investigar, profundizar”. Muchos cristianos en la actualidad leen la Biblia a la carrera y sacan conclusiones muy superficiales. Esto influye grandemente para que no haya un avivamiento en nuestras vidas. Hay que escudriñar las Escrituras como nos enseñó Cristo en Juan 5:39, hasta encontrar en ellas lo que el Señor quiere decirnos.
¿Qué descubrió Esdras al inquirir en la Palabra de Dios? (1) Cual había sido la causa del cautiverio y todas las calamidades. (2) Cuanto había pecado Israel y cuanto necesitaba arrepentirse ante Dios. Sin dudas, el pecado es el mayor freno para continuar creciendo en nuestra relación con nuestro Padre Celestial.
“Cumplir”
Equivale a decir “obedeció” o “puso en práctica las enseñanzas que de ella emanaban”. Uno de los grandes problemas de los cristianos de hoy no es la falta de conocimiento bíblico, sino la falta de obediencia a lo que saben que deben hacer para agradar a nuestro Señor. Creemos firmemente la gran verdad de Josué 1:8. Esdras dispuso su corazón para hacer todo lo que allí estaba escrito. ¿Estamos siendo obedientes a lo que Dios nos dice en su Palabra? Sin obediencia no hay avivamiento.
“Enseñar”
Hay varias formas de enseñar la Palabra de Dios, y sin dudas, la más efectiva
es el ejemplo personal. Cristo solía decir: “Ejemplo os he dado” ¿Podemos decirlo
nosotros?
Buscar apasionadamente a Dios por medio de la oración (Esdras 8:21)
Búsqueda apasionada en oración para “afligirnos delante de Dios”
La humillación es un reconocimiento como decía el apóstol Pablo: “De los pecadores yo soy el primero”. Es reconocer que separados de Cristo nada podemos hacer, de que necesitamos desesperadamente el perdón de Dios. Realmente un avivamiento sincero jamás se producirá si no está antecedido por una humillación completa de los hijos de Dios (2Cr.7:14).
Búsqueda apasionada en oración para “pedir camino derecho para el pueblo, los niños y todas sus cosas”
Enderezar nuestros pasos, o volver al camino derecho, implica renunciar a aquellas cosas que nos fueron alejando de Dios y de su pueblo (Esd.10:2-3). ¿Qué es lo que está obstaculizando en tu vida para que tengas una relación más profunda con tu Dios? ¿Qué está impidiendo un avivamiento espiritual en tu vida?
En resumen,
todos los hijos de Dios necesitamos un avivamiento espiritual, por lo
cual tenemos que preparar nuestros corazones por medio de la Palabra y buscar a Dios apasionadamente por medio de la
oración.
