Mateo 7:28-29; Lucas 4:31-32.
Estando seguros de nuestras convicciones cristianas
a. Los que no conocen cuales son los principios bíblico
que deben regir sus vidas, pero no están interesados en conocerlos. Estos son
cristianos que viven por inercia, se conforman con ir el domingo a la iglesia, pero
sus vidas no han sido verdaderamente impactadas por el evangelio de Cristo (Ap.3:14-21).
b. Los que no conocen cuales son los principios bíblico que
deben regir sus vidas, pero han despertado espiritualmente, desean conocer más
la Palabra de Dios y vivir conforme a ella. Dios nos ha dado hermosas promesas
relacionadas con aquellos que le buscan con toda sinceridad (Pr.8:17; Lm.3:25; Mt.7:7-8).
c. Los que conocen los principios bíblico y viven
conforme a ellos diariamente. Este grupo es menor que los anteriores, pero está
produciendo un impacto a todos a su alrededor. No estamos hablando de una élite
que se creen mejores que los demás, sino de hombres y mujeres humildes,
sencillas, que aman al Señor con todo su corazón y han decidido obedecerle en
todo.
Por solo
mencionar un ejemplo, nuestro Señor Jesucristo enseñó sobre amar al enemigo, y
estando en la cruz pidió perdón a Dios por quienes le crucificaban e injuriaban.
Cabe preguntarnos ahora ¿Conocemos los principios para vivir conforme a lo que
a Dios le agrada? ¿Tenemos el propósito de vivir conforme a ellos cada día? El
apóstol Pablo, que como todo ser humano no era perfecto, pudo vivir una vida
cristiana a profundidad por su decisión y entrega. Por esa razón, exclamó desde
lo más profundo de su ser la seguridad que tenía en su Señor Jesucristo (Ro.8:37-39; Fil.1:6,21; 2Ti.1:11-12).
Estando decididos a defender nuestras convicciones cristianas
El ministerio
público de Jesucristo se ha dividido en tres etapas: (1) El año del retiro. (2)
El año de la popularidad. (3) El año de la oposición, durante el cual su
popularidad iba menguando, sus enemigos se multiplicaron y los ataques eran
cada vez más intensos. Esto se debió a que la gente quería solamente disfrutar
de los beneficios que venían de los milagros y toda clase de obra buena de
Jesús, pero no estaban dispuestos a obedecer los mandamientos de Dios. Entonces
comenzaron las reacciones contra Él y sus enseñanzas. Especialmente, recordamos
grupos como los fariseos, los saduceos y los herodianos (Mt.22:23-40).
Estando dispuestos a sufrir las consecuencias de mantener nuestras convicciones
No podemos pasar por alto que mantener nuestras convicciones
tendrá consecuencias. Estas son especialmente a corto plazo, pues al final podremos
disfrutar la victoria que Dios da a sus hijos fieles, que permanecen firmes y
viven para agradarle en todo. En reiteradas ocasiones quisieron matar a Jesús,
pues no podían soportar sus enseñanzas que chocaban contra sus prácticas pecaminosas
y actitudes desobedientes. Aunque es cierto que tuvo que enfrentar esos
momentos desagradables, su Padre Celestial le dio la victoria al final (Fil.2:5-11).