sábado, 8 de agosto de 2020

Salmo 119:18,129: “La maravillosa Palabra de Dios”




La Biblia no es un libro más entre los miles que se han escrito en la historia humana. A pesar de ser escrita en un período de 1600 años a lo largo de 60 generaciones, por más de 40 autores de todas las clases sociales, incluyendo reyes, campesinos, filósofos, pescadores, poetas y eruditos, guarda una continuidad y unidad perfectas.

 Por otra parte, según datos oficiales la Biblia es el libro con mayor número de publicaciones, el más traducido, vendido y leído en toda la historia. También ha sido el más atacado, pero jamás vencido. Su influencia poderosa en el mundo es tal, que es prácticamente imposible medir su impacto a escala global. Esto se debe sencillamente al hecho incuestionable de ser la Biblia la Palabra eterna de Dios (Sal119:89; 1P.1:23-25), por lo cual sus enseñanzas no pasan, están siempre vigentes y tienen respuesta para toda situación. Además, es la Palabra de verdad (Sal.119:142,151; Jn.17:17). La verdad absoluta para todos los hombres, de todos los tiempos y lugares. La Biblia se destaca por ser la Palabra justa (Sal.119:.137,138,144). Por todo lo anterior podemos afirmar: La Biblia es la maravillosa Palabra de Dios para todo ser humano. En el Salmo 119 queremos destacar dos razones para argumentar esta verdad:  

  

La Biblia es la maravillosa Palabra de Dios porque es fuente inagotable de libertad (Sal.119:44,45)

El Diccionario Bíblico Caribe define el término libertad, desde el punto de vista espiritual, de la siguiente manera: “Liberación de aquello que esclaviza e impide que el hombre goce de plena comunión con su Dios Creador”. En este sentido las Sagradas Escrituras tiene una participación especial como fuente inagotable de libertad, relacionada con el pecado (Jn.8:31-36). Aunque estamos conscientes que es nuestro Señor Jesucristo quién nos liberta (Gá.5:1; Col.1:1-14), no podemos olvidar que es la Biblia quien nos señala el camino para encontrarnos con Él. El propio Cristo nos exhortó a Escudriñar las Escrituras porque ellas dan testimonio de Él (Jn.5:39). También la Palabra nos liberta de la ignorancia y la ceguera espiritual que esclavizan al hombre y lo mantienen alejados de Dios.

La historia ha demostrado que donde ha llegado la Biblia ha llegado la luz, la civilización y el progreso. (Sal.119:105). Se cuenta una anécdota de la vida real que a las manos de un matrimonio llegó una Biblia y el hombre fue el primero en comenzar a leerla. Al cabo de unos días le dijo a su esposa: “Amada, si este libro es la verdad, estamos equivocados”, continúo su lectura y varios días después le comenta: “Si este libro es la verdad, estamos perdido”, finalmente, se dirige a ella para decirle: “Amada esposa, si este libro es la verdad, ¡Podemos ser salvos!”. Así obra la Palabra de Dios quitando el velo de los ojos para que las personas puedan conocer a Dios y ser libres de la ignorancia que los destruye.

También podemos recordar lo que constituye posiblemente la mejor ilustración de la Biblia como fuente liberadora de la ignorancia: La reforma protestante, encabezada por Martín Lutero y seguida por un grupo de destacados reformadores. Los mismos se rebelaron contra la imperante Iglesia Católico Romana, la cual intencionalmente mantenía en la ignorancia a las personas en la Edad Media, prohibiendo leer la Biblia e  interpretarla personalmente con el auxilio del Espíritu Santo. Uno de los aportes más grande que estos hicieron fue traducir la Biblia al idioma del pueblo y ponerla en manos de la gente común. El resultado a corto y largo plazo fue volver a liberar al cristianismo del oficialismo religioso. De este reencuentro con la Palabra de Dios surgieron muchas denominaciones cristianas más apegadas a las enseñanzas de nuestro Señor y enfocadas en cumplir la Gran Comisión.

 

La Biblia es la maravillosa Palabra de Dios porque es fuente inagotable de sabiduría (Sal.119:66, 98-105, 130)

La Biblia como fuente inagotable de sabiduría es capaz de “hacer sabio al sencillo” y de humillar a los poderosos que se creen sabios en su propia opinión. La misma puede definirse como la capacidad para discernir entre el bien y el mal, y decidir hacer lo primero. Esta verdad ha sido reconocida por grandes personalidades en la historia como George Washington quién expresó: “es imposible gobernar el mundo correctamente sin la Biblia”, Thomas Jefferson agregó: “La Biblia hace las mejores personas del mundo” y  Abraham Lincoln: “Si no fuera por este Libro, no sabríamos la diferencia entre el bien y el mal. Creo que la Biblia es el mejor don que Dios le ha dado al hombre”. También el general Robert E. Lee dijo: “La Biblia es un libro en comparación con el cual todos los demás a mis ojos son de menor importancia, uno que nunca ha dejado de darme luz y fuerza y en todas mis perplejidades y aflicciones”, y el abogado Benjamín Franklin acotó: “Jóvenes, mi consejo para ustedes es que cultiven un conocimiento de las Escrituras y una fe firme en ella”.


En resumen, la Biblia es la maravillosa Palabra de Dios para todo ser humano.

Quiero terminar con el siguiente tributo anónimo a la Biblia que encontré en el libro “La Revelación e Inspiración de las Escrituras” de John M. Lewis: “Este libro contiene: La mente de Dios, el estado del hombre, el camino de salvación, la condenación de los pecadores y la felicidad de los creyentes. Sus doctrinas son santas, sus preceptos obligatorios, sus historias son verdad y sus decisiones son inmutables. Léela para ser sabio, créela para ser salvo y practícala para ser santo, ella contiene luz para dirigirte, comida para sostenerte y consuelo para alegrarte. Ella es el mapa del viajero, el cayado del peregrino, el compás del piloto, la espada del soldado y el título del cristiano. Aquí el paraíso es restaurado, los cielos son abiertos y las puertas del infierno son expuestas. CRISTO ES SU GRAN TEMA, nuestro bien su propósito y la gloria de Dios su fin. Ella debería llenar la memoria, gobernar el corazón y guiar los pies…es una mina de riqueza, un paraíso de gloria y un río de placer. Se te ofrece en la vida, será abierta en el juicio y será recordada para siempre. Ella involucra la más alta responsabilidad, recompensará la labor más grande y condenará a todo el que se burle de su contenido santo. 


Nos gustaría que nos dejara un comentario, pues quisiéramos continuar creciendo junto a usted en la vida cristiana.

 

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