viernes, 2 de octubre de 2020

Garantías en el Evangelio de Cristo


 

1 Pedro 1:1-8

El apóstol Pedro comienza esta carta identificándose como su autor y declarando quienes eran sus destinatarios: “a los expatriados de la dispersión”. En el griego original puede leerse “a los de la dispersión que viven en el extranjero”, lo cual confirma que Pedro dirige su carta a los judíos cristianos  que tuvieron que salir de la nación de Israel a causa de la terrible persecución desatada contra ellos. Esta fue encabezada primeramente por los propios judíos y posteriormente por el imperio romano. Es interesante que el imperio dominante poseían una ley que prohibía el surgimiento de nuevas religiones en su territorio.

En el tiempo que se escribe esta carta ya se habían establecido varias comunidades judío-cristianas en algunas provincias del Asia Menor como el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia (actualmente Turquía).

La realidad es que la persecución desatada sobre los cristianos del primer siglo, por parte de las autoridades civiles romanas y religiosas judías, trajo un marcado sufrimiento sobre sus vidas sumado a la triste condición de ser exiliados lejos de su patria amada.

Por todas estas razones, el apóstol Pedro inspirado por el Espíritu Santo levantó su pluma para alentar a sus hermanos en la fe a mantenerse firmes en la esperanza de Cristo a pesar de la difícil situación que estaban atravesando. También les exhorta a llevar una vida ejemplar y no regresar a las prácticas paganas que tuvieron antes de ser cristianos.

La esencia de esta exhortación la podemos resumir en el siguiente principio: A pesar de las pruebas los cristianos tienen las mejores garantías en el evangelio de Cristo. ¿Cuáles garantías tiene los cristianos en el evangelio de Cristo? En esta porción bíblica encontramos al menos cuatro de estas garantías:


1.     La garantía del nuevo nacimiento

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer…” (1P.1:3). El prefijo “re” hace alusión a “volver” (en este caso “volver a nacer”). Aquellos hermanos que estaban sufriendo a causa de la persecución por su fe, necesitaban recordar que valía la pena tal sacrificio porque el Señor les había dado la bendita oportunidad de volver a nacer espiritualmente.

La Biblia nos recuerda que vivir lejos de Dios, sin Cristo, sin fe y sin esperanza en el mundo, es estar muertos en delitos y pecados (Ef.2). Por el contrario, cuando nos reconciliamos con nuestro Padre Celestial por medio de Jesucristo, recibimos por su gracia vida abundante y eterna. Es a partir de este encuentro que volvemos a nacer espiritualmente, a lo cual la teología sistemática le llama “regeneración” y la Biblia llama “nuevo nacimiento”. Una lectura obligatoria cuando de este tema se trata, es el encuentro entre Jesús y Nicodemo (Jn.3:1-8). El apóstol Pablo describió este glorioso milagro de Dios en nuestra vida, expresando: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2Cr.5:17). Esto nos recuerda que “el hombre nuevo” del que tanto se habló décadas atrás en algunas naciones, solamente es posible cuando Cristo entra en la vida y la transforma por su gracia y poder.


2.     La garantía de una esperanza viva

La esperanza siempre ha sido un gran antídoto para aquellos que están sufriendo persecuciones a causa de su fe. Resulta interesante que Pedro le pone un apellido al llamarla “esperanza viva”. Ciertamente hay “esperanzas” que son muertas porque proceden de una fuente insegura o falsa, que prometen lo que no pueden cumplir y se basan en criterios particulares de quienes no pueden garantizar nada. Sin embargo, la esperanza que tenían aquellos cristianos dispersos por el Asia Menor, no estaba fundada en un criterio humano, sino en el hecho histórico y sobrenatural de la resurrección de Cristo (1P.1:3b). La esperanza de estos creyentes sigue siendo nuestra esperanza gloriosa.

Nuestra esperanza es viva porque descansa en el Señor de señores que se levantó de los muertos, que vive por los siglos de los siglos, que intercede por nosotros en los cielos y que regresará por segunda vez en gloria por su iglesia gloriosa.  


3.     La garantía de una herencia reservada en los cielos

¿Quién no se alegraría en gran manera si descubre que tiene una gran herencia? Sin duda, aquellos cristianos perseguidos recibieron consuelo, fuerzas y gozo al recordar que su gran sufrimiento no duraría para siempre, que llegaría un día en que recibirían el abrazo de Cristo que enjugaría toda lágrima y seguirían disfrutando su presencia por la eternidad.

Esta herencia se describe en el pasaje como: (1) “incorruptible”. Significa que no puede dañarse, ni corromperse, ni echarse a perder como las cosas de esta tierra. (2)  “Incontaminada”. Es pura, limpia, transparente y no pude mezclarse con nada que la contamine. (3) “Inmarcesible”. No se puede marchitar, ni envejecerse, sino mantiene su frescura y valor, es eterno. Además, se agrega que la herencia estaba reservada en los cielos para ellos. Esta palabra reafirma una vez más la importante doctrina de la seguridad de la salvación. Sin dudas, tener esta seguridad de salvación en sus vidas les llenaba de fuerza y gozo para seguir adelante en medio de aquella compleja situación.   


4.     La garantía del gozo a pesar de las pruebas

(1P.1:6-9). Estos versículos nos recuerdan que el gozo a pesar de las pruebas (ver más sobre el tema en el siguiente enlace Crecimiento por medio de las pruebas ) es resultado de la seguridad de la salvación eterna. El apóstol Pedro describe las vejaciones que atravesaban los cristianos en aquellos días con la frase: “ahora por un poco de tiempo”, porque simplemente estaba comparando estos sufrimientos temporales con el disfrute eterno junto a Dios que les esperaba.

Tal vez para diferenciar la simple alegría pasajera de los seres humanos con el gozo que viene del Señor por medio de la salvación, el apóstol le pone dos apellidos al mismo: “gozo inefable y glorioso”. El término “inefable” significa “que no se puede describir con palabras humanas”. También es “glorioso” porque procede de la gloria de Dios y nos acompañará hasta que estemos en la gloria con Él.

 

En resumen, a pesar de las pruebas los cristianos tienen las mejores garantías en el evangelio de Cristo. Entre otras se pueden mencionar la garantía del nuevo nacimiento, la garantía de una esperanza viva, la garantía de una herencia reservada en los cielos por el poder de Dios y la garantía del gozo a pesar de las pruebas.

 

Pregunta para la discusión en grupos pequeños:

  1. Dos miembros del grupo pueden compartir brevemente con el resto su testimonio de conversión para reafirmar lo precioso de la garantía del nuevo nacimiento en Cristo.
  2. Los miembros del grupo pueden mencionar otros textos bíblicos que no a aparecen en esta meditación que hablan de nuestra esperanza viva fundamentada en la resurrección de Cristo.
  3. Comparta con el grupo hasta donde recuerde la descripción que se hace en la Biblia del cielo donde está reservada nuestra herencia.
  4. Ponga ejemplos de algunas pruebas que los cristianos atravesamos en nuestro contexto, pero que no pueden robarnos el gozo de la salvación eterna.  


Nos gustaría que nos deje un comentario, pues quisiéramos continuar creciendo juntos en la vida cristiana.


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