sábado, 20 de marzo de 2021

Ancianos y jóvenes revestidos de humildad


 
 

1 Pedro 5:1-6

 

“…Sumisos unos a otros, revestidos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo…”

 

1 Pedro 5:5-6

 

 El apóstol Pedro por la madurez espiritual y cronológica que ahora poseía, hace una petición llena de amor y sabiduría a los ancianos (líderes espirituales, pastores, consejeros) que había entre sus destinatarios. Tal ruego lo respalda recordándoles la autoridad que le concedía ser un anciano como ellos, ser un testigo de los padecimientos de Cristo y un participante de la gloria que sería revelada.

El corazón de la súplica del apóstol a los ancianos, y después a los jóvenes, puede resumirse en una palabra: Humildad. Todo los consejos que les ofrece en su carta pueden ser una realidad, si tanto unos como otros se visten de la humildad que debe caracterizar a los hijos de Dios. Por tal razón afirmamos el siguiente principio:Todos los cristianos deben ser humildes independientemente de su edad o su responsabilidad en la iglesia. ¿Cómo pueden los cristianos mantenerse en humildad a pesar de la edad o la responsabilidad que ocupen? En este pasaje bíblico encontramos respuesta a esta pregunta en los consejos del apóstol Pedro a los ancianos y a los jóvenes:

 

1.     Consejos a los ancianos

 

"Apacentad la grey de Dios” (v.2)

Primeramente se les recuerda que la grey es de Dios. Es propiedad del Señor no de sus pastores y demás líderes. Ellos son llamados para esta santa tarea, pero solamente son instrumentos para la honra y gloria de Dios.

Seguidamente les escribe aclarándoles cómo se debe apacentar la grey de Dios: 

 

  "Cuidando de ella” (v.2)

La iglesia es comparada en todo el Nuevo Testamento con un rebaño de ovejas que debe ser cuidada por el pastor. Este cuidado lo manifiesta alimentándolas espiritualmente a través de la Palabra de Dios, cuidándolas por medio de la exhortación y el buen consejo, consolándolas y sanando sus heridas, defendiéndolas frente a todo ataque del enemigo, entre otras buenas acciones. 

 

      "No por fuerza, sino voluntariamente”

Esta expresión quiere decir que los pastores o ancianos en las iglesias no trabajan porque han sido forzados hacerlo, sino porque voluntariamente han respondido al llamado del Señor en este sentido. Por esta razón, los líderes espirituales deben servir con gozo al Señor y a su pueblo. 

 

      "No por ganancias deshonestas, sino con ánimo pronto”

Es totalmente justo, y bíblico, que los siervos de Dios perciban un salario digno para sostener a su amada familia, y también lo es el obrero que tiene que buscar el sustento en otro empleo porque la iglesia no puede sostenerle. De manera que la expresión “ganancias deshonestas” no tiene que ver con lo anterior, sino con la actitud del siervo frente al ministerio. Es decir, que no podemos ver el pastorado u otra función de liderazgo espiritual como una fuente de ganancias materiales. Este no puede ser jamás el móvil para servir al Señor en tan digna función. Entonces, es digno recibir un salario justo de la iglesia o  tener otro empleo para sostenernos mientras atendemos a una congregación, pero no es correcto ir al pastorado en busca de ganancias materiales. 

Contrario a esto, se les exhorta a servir con “ánimo pronto”. O sea, con un buen espíritu, llenos de gozo, amor sinceridad y dedicación. 

 

      "No los señores, sino los siervos” (v.3)

Queda claro que los pastores, u otros líderes, no pueden ser dictadores queriendo imponer su voluntad a la iglesia. Dicha actitud no es compatible con la vida cristiana que el Señor nos demanda. Tenemos que imitar a Cristo quién nos recordó que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. 

  

     "Siendo ejemplos de la grey”

La mejor, más sabia y bíblica manera de presidir en una congregación es siendo ejemplo de ella en cada aspecto que predicamos, enseñamos o exhortamos a realizar a otros.

Finalmente, el apóstol les recuerda que las lágrimas derramadas, el sueño perdido, la fatiga y el desgaste que trae asociado tan intensa responsabilidad ministerial, será premiada por el Príncipe de los pastores cuando regrese a este mundo.

 

 

2.     Consejos a los jóvenes

Pedro seguidamente dirige sabios consejos a los jóvenes cristianos de su época. La realidad es que en todos los tiempos los jóvenes han estado llenos de vigor, inteligencia y destrezas, pero también algunos entre ellos han tenido la tendencia a enorgullecerse y a desobedecer la autoridad que Dios ha colocado en la iglesia. Por tal razón les escribe dos importantes exhortaciones:

 

     "Estad sujetos a los ancianos” (v.5)

La sujeción no es esclavitud como algunos mal intencionadamente han querido sugerir, sino se relaciona con el reconocimiento de la autoridad que el Señor ha puesto sobre ellos en la iglesia, con el respeto en todos los sentidos y la obediencia a la Palabra de Dios que los ancianos tan amorosamente les enseñan. Además, es bueno agregar que la sujeción no es incompatible ni inversamente proporcional a la simpatía y el cariño por aquellos que nos presiden en el Señor.  

Sujetarse a los ancianos es agradar y obedecer a Dios, pero también un buen testimonio delante de todos los que no ven vivir. O sea, que la falta de sujeción que se traduce en rebeldía e irrespeto es un mal testimonio para los que no cristianos que nos rodean. 

 

  "Revestidos de humildad” (v.5)

En este consejo a los jóvenes están incluidos los ancianos, pues le antecede la expresión “sumisos unos a otros”. Esto nos recuerda que la humildad es una cualidad espiritual que  deben cultivar todos los cristianos independientemente a su edad o responsabilidad en la iglesia.

Sin duda alguna, revestirse de humildad es de vital importancia en la vida de los hijos de Dios. La prepotencia, el orgullo, la vanagloria, la soberbia, la altivez de espíritu y la arrogancia, al ser pecados interfieren en nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos en la fe.

El apóstol apoya su exhortación dando dos razones tomada del libro de Proverbios (Pr.3:34): (1) Porque “Dios resiste a los soberbios”. (2) Porque Dios “da gracia a los humildes”.  

En una especie de conclusión magistral, Pedro habla del gran beneficio de vivir cultivando la humildad delante de nuestro Dios: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que el os exalte cuando fuere tiempo…” (v.6). 

 

En resumen, todos los cristianos deben ser humildes independientemente de su edad o su responsabilidad en la iglesia.

 

(Ver otra meditación relacionada con la humildad en el siguiente enlace:  La humillación ante el Señor puerta a las grandes bendiciones)


viernes, 19 de marzo de 2021

Orando para vencer la tentación


 

Mateo 26:40-44

En reiteradas ocasiones la palabra “velar”, que se usa en el NT relacionada con la oración, es un término que debería traducirse como “desvelaos en oración”. Esto lleva implícito la idea de renunciar a otras cosas, incluyendo tiempo de descanso, para estar orando al Señor. Un cristiano que vela en oración crecerá y se fortalecerá ante los ataques del enemigo, porque velar en oración es el arma para vencer la tentación. Veamos esta verdad por parte:   

 

1.     Velar en oración

a.      Velar en oración es lo que el Señor espera

Pedro se había jactado de ser sumamente fiel al maestro (Mr.14:29). Sin embargo, cuando más falta hacia que le apoyará en oración en la hora crucial, simplemente estaba durmiendo. La pregunta de Cristo no se hizo esperar: “¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?”. O sea, ¿Pedro no me vas a abandonar y no has podido ni siquiera apoyarme en oración una hora? Por cierto, aunque no podemos establecer un dogma de esto, Jesús deja ver que orar una hora es algo así como lo mínimo que podemos hacer.

b.      Velar en oración es la orden del Señor

Velad y orad”. Al igual que todo mandamiento del Señor, esta orden está motivada por el amor de nuestro Padre, lo cual se expresa diciendo: “Para que no entréis en tentación”. Aunque es cierto que el Señor nos restaura cuando nos arrepentimos después de una caída, lo mejor para nuestra vida es evitar pasar por tan amarga experiencia. Esto se logra obedeciendo su mandato de velar y orar.   

 

2.     Vencer la tentación

La oración nos ayuda a vencer cualquier tentación, pero particularmente en el contexto del pasaje resaltan tres:

a.      Creernos superiores a los Demás (Mt.26:35)

El creerse superior a los demás en cualquier aspecto, es un pecado muy sutil contra el que tenemos que luchar siempre. La oración nos mantiene en la justa medida, ayudándonos a cultivar la humildad de corazón.

b.      A dejar la comunión con Dios (Mt.26:40,43)

Los discípulos estaban cargados de sueño y no pudieron orar. La falta de oración en nuestras vidas nos lleva a ir perdiendo cada vez más comunión con nuestro Dios y vamos cayendo en un profundo sueño espiritual.

c.       A abandonar definitivamente el camino (Mt.26:56)

A la hora crucial todos los discípulos huyeron y abandonaron al Señor, al no estar listos porque no estaban velando en oración. Por el contrario, Cristo estaba velando en oración, por lo cual enfrentó la prueba con todo valor.

Recuerde, velar en oración es el arma para vencer la tentación.