sábado, 8 de mayo de 2021

Cumpliendo el propósito de Dios para las madres


 

Proverbios 1:8-9; 6:20-23

 En este día especial queremos destacar la urgente necesidad de rescatar el propósito de Dios para las madres. Ellas revisten una importancia extraordinaria en el seno de la familia. El pastor John F. MacArthur expresó: “El padre tiene la autoridad, pero la madre la influencia”. Sin duda alguna, las madres son una bendición incalculable en el seno de la familiacuando cumplen su rol establecido por Dios. El mismo incluye entre otras cosasguiar a sus hijos en el camino del Señor a través de su Palabra, enseñarles a amar a Dios y a su obra por medio del ejemplo personal, así como participar junto a su esposo en la buena disciplina de los mismos. Por tal razón afirmamos: Es necesario que las madres cumplan su rol según el propósito establecido en la Palabra de Dios. Esto nos lleva a preguntarnos ¿Cómo pueden las madres cristianas cumplir el propósito de Dios para ellas? Para lograrlo las madres cristianas deben cultivar tres relaciones vitales:

 

1.     Las madres cristianas deben cultivar correctamente la relación con Dios

 

  1. Cultivar la relación con Dios por medio de una vida de devocional profunda y correcta 

Nada es más importante, ni admite ser sustituido por alguna otra cosa, que la relación personal con Dios. Esta esla cualidad más destacada que caracterizaron a prominentes madres en la historia bíblica y del cristianismo. Entre otras podemos recordar a: (1) Ana (1S.1:9-17). (2) María la madre de Jesús (Lc.46-55; Hch.1:12-14). (3) Susana Wesley, quien tuvo diecinueve hijos (nueve de los cuales murieron pequeños). Además,  su casa se incendió dos veces y en la última lo perdió todo. Su vida de casada se caracterizó por el endeudamiento, su esposo la abandonó durante seis meses y después fue a la cárcel por deudas sin pagar. Por todo esto, ella sintió un gran agotamiento espiritual y físico mientras criaba sola a diez niños; sin embargo, nunca dejó de buscar el rostro de Dios en oración, sino que mantuvo una hermosa y profunda relación con Él que la sostuvo para salir adelante y saborear finalmente la victoria. Varios de sus hijos llegaron a ser grandes hombres de Dios que han servido de ejemplo a muchas generaciones de una vida de servicio y entrega incondicional a Dios.

 

  1. Cultivar la relación con Dios por medio de una vida de obediencia incondicional al Señor

Es interesante que Ana no sólo oró derramando su alma delante de Jehová cuando sufría por no poder tener hijos, sino que cuando lo disfrutaba día tras día entre sus brazos no se olvidó de su Dios; por el contrario, fue obediente a Él al ocuparse en la vida espiritual de su hijo, lo cual manifestó entregándolo para que fuera un fiel siervo del Señor (1S.1:26-28). También María no solamente alabó al Señor por la bendición del hijo que llevaba en su vientre, sino que expresó: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu Palabra” (Lc.1:38).

Ahora bien, generalmente cuando las madres están en sintonía con el Señor al cultivan una vida de devoción y obediencia constante a Él, sustentan una perspectiva clara de la vida y la eternidad. Es decir, que viven conscientes que en esta vida somos extranjeros y peregrinos, por lo que cada día cuenta y es una oportunidad única para guiar a sus hijos a los pies de Cristo, para que por medio de Él aseguren su salvación eterna. Lo cual es la tarea más trascendente que tienen las madres para con sus hijos.


2.      Las madres cristianas deben cultivar correctamente la relación con el esposo

 

  1. Por medio del amor sincero y el respeto a sus esposos

No podemos pasar por alto que nuestros hijos nos están viendo vivir día tras día(Ez.16:44-47).Este pasaje de Ezequiel y aquella expresión reiterada en los libro de Reyes: “hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho,nos recuerdan la importancia que posee nuestra conducta delante de ellos. En tal sentido, una de las cosas que más bien hace a nuestros hijos es la manera en que mamá y papá se tratan con amor y respeto. Es de vital importancia que tanto las madres como los padres nos detengamosa meditar con seriedad sobre el estado de nuestras relaciones para buscar agradar a nuestro Dios en todo y dar un ejemplo digno a nuestros hijos.

 

 

3.     Las madres cristianas deben cultivar correctamente la relación con los hijos

 

  1. Por medio de una enseñanza integral, equilibrada y sobre todo bíblica

 Aunque la tarea de enseñar a nuestros hijos el camino de la fe, y a enfrentar cada reto de la vida con una cosmovisión bíblica, debe ser una tarea compartida, no podemos olvidar que en todas las épocas las madres han pasado más tiempo cerca de sus hijos que los padres por cuestiones sociales y culturales. Por esta razón, aunque no tienen mayor responsabilidad que los padres, si tienen mayores oportunidades para instruir a sus hijos día tras día.

 Lamentablemente, muchas madres están desaprovechando tan preciosa oportunidad. Entonces cabe una pregunta a las madres ¿Qué estás haciendo intencionalmente para instruir a tus hijos en el camino del Señor? La escuela no lo va a hacer, lo que la iglesia hace con los niños es bueno, pero representa una ínfima parte del tiempo de cada semana. Si crees que te falta sabiduría pídela a Dios (Stg.1:5-6). Es interesante lo que expresa Proverbio 14:1.

 

  1. Por medio de una disciplina firme y amorosa

(Ef.6:4; He.12:9)Notemos que cuando la Palabra de Dios trata el tema de la disciplina a los hijos, casi siempre habla en plural. Es decir, que tanto la madre como el padre tienen la responsabilidad compartida de disciplinar a sus hijos. Las madres no deben dejar este asunto solamente a los padres, ni viceversa, como suele suceder en muchas familias.

 Las madres en su sensibilidad característica en ocasiones mantienen el temor oculto de que sus hijos no la amarán en el futuro por toda la disciplina que tuvieron que aplicar, pero nada más lejos de la realidad, le agradecerán por el resto de la vida.

 

En resumen, es necesario que las madres cumplan su rol según el propósito establecido en la Palabra de Dios. Para lograr tan sagrado deber es menester cultivar correctamente su relación con Dios, con su esposo y con sus hijos.

 


¡FELICIDADES A TODAS LAS MADRES!